miércoles, 31 de diciembre de 2008

Dulce miel




Aún no conocía Encuentros y ese día decidimos salir a cenar y pasarnos por allí después para tomar una copa y ver el ambiente.

Al llegar nos acercamos a la barra, pedimos una copa de cava y Alex me cogió de la mano para enseñarme el local. La verdad, lo que veía no me gustaba demasiado, la gente no era muy atractiva, los espacios muy reducidos y había bastantes parejas por lo que no podíamos ni sentarnos.

Volvimos a la barra y allí estuvimos charlando un rato, poco después pasamos de nuevo buscando un hueco donde poder acomodarnos.

Por fin dejaron una cama libre y pudimos empezar a jugar. Junto a nosotros había una pareja en la que no había reparado antes. Ella morena, delgada y con un jersey de lana y cuello alto que no se quitó en ningún momento. Él, un chico rubio, alto, delgado y atractivo.
El chico empezó a tocarme y yo me dejé. Después de intercambiar algunas caricias nos fuimos acercando hasta que en unos minutos tenía su polla a mi merced, yo se la comía con ansia y Alex se dedicaba a la chica, eso sí, de cintura para abajo, ya que el resto era inaccesible. Hundía la cabeza entre sus piernas y su boca acariciaba el sexo de su nueva compañera de juegos. Poco después, ella se corría en la boca de Alex mientras yo seguía dedicada a dar placer a su chico.

- Me encanta, me encanta, mmmm…me encanta….

Me repetía una y otra vez lo que le estaba gustando. No dejaba de decirlo, parecía un disco rayado. Alex y la chica estaban disfrutando, ella tenía su polla en la boca y lamía con ganas.

Intenté distraerme mirándoles para dejar de escuchar lo maravillado que estaba el chico con mi trabajito, pero era imposible sus palabras se metían en mi cabeza y me estaba empezando a cargar la situación.

- Me encanta…
- Ya sé que te gusta, no paras de decírmelo!! - Le dije
- Como te llamas? Me pregunto él.
- Nyeri.
- Mmmmm siiii Nyeri...me encanta!! Me encanta!!!

Me retiré al instante, le miré y le dije:

- Esto me está aburriendo, me voy a pedir una copa.

La felicidad de su cara desapareció, se quedó algo desconcertado, pero no me paré a darle explicaciones.
Alex gemía, se retorcía, estaba disfrutando y me fastidiaba cortarles el rollo, pero en cuanto vio como me levantaba se incorporó para preguntarme si estaba bien.
Le dije que iba a pedir algo a la barra y que se quedase allí que volvería. Me acerqué a él y le susurré discretamente que no aguantaba al tío con el que estaba.

- Pues yo me voy contigo!!
- Quédate, a ti la chica te gusta.
- Ya, pero si no estas tú yo paso. Hemos venido juntos, no?

Nos dirigimos a la barra y mientras pedíamos la copa le contaba lo pesado que se había puesto el chico.

- Si el tío esta bien, es guapo, pero joder que pesadito con el “me encanta”
- Pues ella me quería.
- Jajaja cómo que te quería??
- Joder, me besaba y me abrazaba como si me quisiera.
- Ahora entiendo, es que nos han salido tan cariñosos…que nos ha parecido raro.

Seguimos charlando mientras nos tomamos la copa y volvimos a entrar.
Nos tumbamos donde habíamos estado con la pareja anterior, de ellos no volvimos a saber nada, aunque tal y como transcurrió la noche esto quedó como una mera anécdota para nosotros. Pasamos rápidamente de las caricias y los besos a follarnos como animales.


Era mi primera vez en Encuentros, el ambiente era muy distinto a lo que había vivido en Fusión en las dos ocasiones que había estado. Aquí había más gente, todos se arremolinaban buscando el poco espacio que quedaba libre en las camas, parejas, tríos, grupos, todos desataban su pasión de forma desenfrenada, y verme rodeada de tanta gente deseando complacerse, tocándose y gimiendo hacía que yo estuviese especialmente salida y dispuesta a cualquier cosa.


Alex me hablaba sin dejar de mover su polla dentro de mí. Me calentaba aun más y me llevó al punto de desear más.

- Quiero que me traigas un tío!!
- No!! Te voy a llevar al cuarto oscuro para que te soben todos.

Nunca me había gustado especialmente esa sala, la sensación de no saber quien me toca me ponía algo nerviosa, pero estaba dispuesta a dejarme hacer y me abandoné a sus deseos.

Me puse mi tanga, mi corpiño, mis zapatos de tacón y nos dirigimos al cuarto oscuro.

Alex se apoyó en la pared y yo me coloqué delante de él, nos besábamos al tiempo que sus manos recorrían todo mi cuerpo. Intentaba mirar a mi alrededor para saber quien se acercaba, pero la poca luz que había no me dejaba distinguir más que sombras cerca de nosotros.

De pronto noté como una mano manoseaba mi culo y poco a poco sus dedos se acercaron a mi coño. Me giré de manera que el chico pudiese tocarme a su antojo y así hizo. Sus dedos resbalaron hacia dentro y empezó a moverlos.

- Me está metiendo los dedos!!! Le dije a Alex.
- Te gusta, verdad?

En ese momento mi respiración se aceleró y ese miedo a no saber quien me tocaba se trasformó en morbo y placer. Me gustaba sentir una mano desconocida jugando dentro de mí.

Miré atrás, por lo poco que se podía apreciar era una pareja joven. Ella jugaba con él, mientras él seguía poniéndome cachonda con sus dedos.
Volví a mi posición para seguir disfrutando de dos hombres tocándome y seguí susurrando a Alex lo que me estaba gustando sentirme utilizada.

El chico sacó sus dedos y noté como su polla se restregaba contra mi culito, tras frotarse varias veces intentó metérmela. Un par de intentos hasta que se escuchó en la sala:

- Qué haces!!!! Ves? No me puedo fiar de ti!!! Siempre me haces lo mismo!!!

La pareja del chico que me tocaba se había puesto como una fiera y se lío a vocear delante de todo el mundo, por lo que todos dejamos nuestras ganas de seguir excitándonos para observar lo que sucedía...

- Pero si no he hecho nada!! Sólo la estaba tocando.

La chica salió de la sala y el intentó pararla cogiéndola del brazo, pero ella de un manotazo le apartó y se fue. El chico se giró hacia mí queriendo seguir en el punto donde me había dejado, pero supongo que la sensatez se apoderó de él y al final decidió seguir a su chica.

- Que ha pasado? Me preguntó Alex
- Ni idea, supongo que ella no le dejaba follar, no sé.

Nos miramos entre extrañados y divertidos y continuamos a lo nuestro.
La sala estaba llena de gente y poco después otras parejas nos rodeaban dispuestas a compartir su placer con nosotros.

El cuerpo de Alex era recorrido por otras manos, una chica se había fijado en él y desde atrás alargaba sus brazos e intentaba alcanzar su polla. Él se giró y ella empezó a besarle mientras yo me excitaba viendo la escena.

Me aparté un poco de Alex para que ella usase su nuevo juguete a su antojo. Ella seguía besándole, mientras él empapaba los dedos en su sexo excitado.
Aunque había poca luz se intuía la silueta de la chica, era alta y con un bonito cuerpo, parecía joven y atractiva y ver a los dos disfrutando de esa situación y el poder comprobar con mi mano que él estaba tremendamente excitado me daba más morbo del que nunca hubiese imaginado.

Ella reparó en mí y no sé por qué se lanzó a besarme salvajemente, estuve a punto de caer dado lo inesperado de su arrebato. Apoyé mi espalda en la pared y ella se dedicó a mí, me exploraba con sus manos y me besaba apasionadamente. Yo acompañé sus actos de la misma manera que ella hacía conmigo. Mis manos se hundían en su sexo, nuestros labios se rozaban y nuestras lenguas bailaban frenéticamente.

Mi mirada lasciva se clavaba en Alex, nunca me había sentido así, jamás una mujer había conseguido que yo me entregase a sus deseos de esa manera, estaba completamente salida y sabía que ver mi transformación le ponía muy muy cachondo.
Supongo que vernos tan entregadas hizo que mas gente se arremolinara a nuestro alrededor y pronto noté como varias manos me recorrían.



Enfrente de mí había una pareja entradita en años y también en kilos. Él no me quitaba ojo y poco a poco se fueron acercando hasta que alargando su mano él consiguió magrearme de una manera obscena. En otro momento le hubiera retirado la mano, incluso me hubiera largado del lugar muerta de asco, pero me sentía tan guarra que el hecho de verme usada de ese modo no hacía más que ponerme muy viciosa.

Mi compañera de juegos seguía explorándome, jugaba con su legua sobre mi cuerpo, y no tenía intención de dejarse ni un centímetro sin probar. Empezó a bajar recorriendo mis piernas con su boca, merodeando cerca de mi sexo hasta que su lengua se apoderó de él, un intenso placer me recorrió mientras lo único que pude hacer fue sujetar su cabeza y dejar mi cuerpo a disposición de los que me rodeaban.

Alex no dejaba de mirarme, se acercaba furtivamente a mis labios, me besaba y al separarse me susurraba:

- Te gusta? Te gusta como te lo come?
- Sí, me vuelve loca, lo hace muy bien.

Mis ojos se cerraban para hacer más fuertes las sensaciones. Sentía que varias manos anónimas me recorrían viciosas, llegaban a mi culo, bajaban por mis piernas, otras apretaban mis tetas y pellizcaban mis pezones buscando mi placer, ella seguía devorándome y Alex me susurraba toda clase de obscenidades al oído. Todo esto me hacía estremecer y experimentar una excitación desconocida para mí.

Abrí los ojos y levanté la cara de la chica consiguiendo que se incorporase para poder besarla, agarré su cintura sin despegar mis labios de los suyos y baje por su cuello, sus pechos y me dirigí directamente a su sexo.


Ni yo me creía lo que estaba haciendo, pero en ese momento ambicionaba tenerla para mí, quería saborear su dulce miel y no dudé en hundir mi boca en su coñito.
Lo hacía despacio, pasaba suavemente mi lengua por sus labios intentando ser delicada. Tenía un sabor que me gustaba, quizás algo perfumado, lo que lo hacía mas dulce. Me perdí en mi nueva experiencia dedicándome a degustar nuevos sabores y nuevas sensaciones.

Las manos que llenaban mi cuerpo habían cambiado de lugar, todos la tocaban a ella. Alex sobaba su culo y ella se arqueaba, alargaba la mano y buscaba la polla de Alex. Yo aceleraba mis movimientos, realmente era una sensación que me gustaba sobremanera, algo que nunca hubiese imaginado.

De pronto se giró y se acercó a su chico para hacerle algún comentario, luego se aproximó a Alex, le dijo algo que no pude escuchar y se fueron.
Yo no sabía lo que ocurría y simplemente esperé de pie colocándome el corpiño hasta que Alex me dijo:

- Me ha dicho que se iban a las camas y que si queremos acompañarles. Te apetece?
- Mmmm claro que si.

Mientras salíamos agarre a Alex del brazo reteniéndole un segundo y le dije:

- Se lo he comido! Se lo he comido! Y me gusta!!!!

Él solo pudo reírse al verme tan entusiasmada con mi nuevo descubrimiento.

Al salir del cuarto oscuro vi que ella y su acompañante, al que prácticamente no había visto, se habían acomodado justo en la cama mas cercana a la puerta. Ella se había tumbado frente al pasillo con las piernas abiertas, ofreciéndome una vista privilegiada.
Sólo tuve que acercarme, coloque mis rodillas sobre la cama y me tumbé encima de ella.

Me acerqué a su cara y por primera vez pude verla. Joven, unos 25 años, rubia y con unos preciosos ojos azules.

Comencé a besarla durante unos segundos, pero rápidamente me deslicé hasta su pecho y mordisqueé sus pezones, seguí mi recorrido por su esbelto cuerpo hasta llegar a mi propósito, su sexo. Metí la cabeza en su coño con intención de continuar donde lo habíamos dejado, quería seguir jugando con ella y quería seguir excitándome con su humedad.

Alex y su chico no hacían nada, sólo miraban y se excitaban con la imagen que ofrecíamos.

Esta vez el ansia me desbordaba y poco a poco fui acelerando el ritmo al mismo tiempo que ella intensificaba sus gemidos y acompañaba mis movimientos con sus caderas.

Dar placer a una mujer es algo que nunca había hecho y la sensación que me provocaba era totalmente desconocida para mí, nada parecido a tener a un hombre disfrutando a mi antojo.
Mientras mi lengua jugaba con su clítoris, mis dedos acariciaban sus ingles, recorrían sus labios y hacían incursiones hasta el interior de su coñito, primero un dedo y después otro, los sacaba y volvía a curiosear por los alrededores, siempre pendiente de la intensidad de sus gemidos que sabía, mis juegos provocaban.



Realmente era excitante vivir esa situación. De vez en cuando levantaba la cabeza y veía como la gente se paraba a disfrutar de la escena y algunos comentaban sobre lo morboso que era ver a dos chicas tan entregadas. Esto me calentaba aun más de lo que hacía rato ya estaba.

La chica se movió hasta alcanzar la polla de su acompañante, se la metió en la boca y comenzó a chupársela, sus gemidos no cesaban, sus caderas se movían cada vez más rápido y yo metí dos dedos en su coño siguiendo el ritmo de sus movimientos, mientras mi lengua se volvía loca saboreado la humedad de su sexo. Mi ojos se clavaban en su cara, estaba comiéndose esa polla totalmente desesperada y el chico le sujetaba la cabeza y hacía movimientos para metérsela hasta dentro.

Noté como me agarraban las caderas y abrían mis piernas a la vez que retiraban mi tanga, miré hacia atrás y Alex, al que hacía un rato había perdido de vista cogió su polla y me la metió, me la clavó sabiendo que mi sexo chorreaba y entraría sin dificultad. Yo me arqueé soltando un gemido y en ese momento nuestras miradas se cruzaron unos instantes. Sus ojos desprendían vicio, nunca le había visto tan excitado Yo seguí a cuatro patas y disfrute de ser follada mientras me comía mi primer coño.


Alex estaba totalmente salido, sus embestidas eran salvajes y no tardó en retorcerse dejando estallar su orgasmo. Se quedó unos segundos recuperándose y cuando se retiró vi como el otro chico ocupaba su lugar.
Me penetró y empezó a moverse, yo miré a Alex, quería que me viese, me sentía muy zorra siendo follada por otro mientras daba placer a la chica y estaba segura de que mi cara lo reflejaba. Encontré sus ojos y clave los míos diciéndole:

- Mira a tu puta, mira como se la follan!!!

Bajé la cabeza y continúe comiendo, lamiendo y saboreando ese coño como si me lo fueran a quitar. Poco después el chico se retiró, llevábamos bastante tiempo sin parar y yo me senté para descansar un poco.
La chica hizo lo mismo y llego la hora de las confesiones.

- Me ha gustado mucho, ha sido mi primera vez. Le dije
- La mía también.
- Ah si? En serio? Nunca habías estado con una mujer?

La chica había cambiado la expresión de su cara viciosa, salida y morbosa por una mirada tímida que no se atrevía a cruzar conmigo.

- Nunca había estado con una chica. Me dijo
- Pues a mí me ha gustado mucho, gracias.
- A mí también. Bueno, adiós!

Toda la conversación transcurrió sin que ella apenas me mirase a la cara, hablaba mientras se iba poniendo la ropa, los zapatos… como si de pronto le hubiese entrado prisa. Su chico se enrolló la toalla a la cintura y esperaba de pie a su lado.
Cuando terminó de vestirse me dió dos besos y se fue, su pareja no se despidió y no volvimos saber nada de ellos.

Alex se sentó a mi lado y poco a poco se fue echando encima de mí mientras me besaba haciendo que yo me inclinase hasta acabar totalmente tumbada.

En ese momento separó sus labios de los míos y los paseó por todo mi cuerpo hasta que una vez en mi sexo sacó su lengua y lamió una y otra vez hasta que consiguió que mis piernas se abrieran, mis rodillas se flexionaran y mi coño se humedeciera pidiendo más.

Y me entregué de nuevo. Él consigue que me entregue fácilmente con solo acercar su boca. Esta vez sólo buscaba mi placer, esta vez no lo compartiría con nadie y se dedicó a devorar, lamer, morder, besar, chupar y acariciar mi sexo… hasta que mi cuerpo comenzó a estremecerse y mis gritos y gemidos delataban mi primer orgasmo.

Aún estaba recuperándome cuando Alex empezó a follarme. Casi al mismo tiempo, noté como alguien rozaba mi brazo. Victoria, una brasileña encantadora y su marido, se habían animado a compartir con nosotros los últimos momentos de la noche.